Hay ocasiones en las que la práctica o el conocimiento de una herramienta te permite capturar momentos de una forma diferente. En esta ocasión, fotografiando colibrís en Costa Rica, me vino a la cabeza la capacidad del iPhone para la grabación de vídeos a cámara lenta. Así que lo enfrenté a estos ágiles pilotos del bosque húmedo para ver de qué era capaz.
Y desde luego, más allá de la pericia técnica, las imágenes resultantes permiten disfrutar de la belleza y plasticidad de unos movimientos que en directo se presentan tan rápidos que los ojos no son capaces de procesar. Las coreografías que se crean cuando se enfrentan dos de ellos son, sin duda, dignas de contemplar.
Aquí os dejo un pequeño montaje, creado desde el iPhone 6, con algunas de las tomas grabadas en esta ocasión.