
Una de las prioridades en cada safari que he realizado ha sido la de permanecer durante una gran parte del viaje en una misma zona. Para lograr buenas imágenes en un safari se requiere buena suerte, buenos guías y sobre todo tiempo para buscar la oportunidad adecuada. Visitar muchos lugares puede hacer que nuestras fotos sean esclavas de los trayectos de traslado de un parque a otro.
Obviamente no quiere decir que no podamos sacar buenas fotos estando poco tiempo, pero permanecer en un mismo lugar nos permite:
- Poder seguir a los animales hasta lograr el momento buscado.
- Conocer las condiciones y el entorno en el que nos movemos y buscar los mejores momentos para las imágenes.
- Que los guías puedan conocer de mano de otros la presencia de los animales que queremos fotografiar.

De cachorros va la cosa
El sol hace ya tiempo que desapareció entre las nubes, la oscuridad del ocaso avanza desde el horizonte y de regreso al campamento la lluvia empieza a caer sobre el Masai Mara.
No muy lejos del camino, tachonando el suelo, una manada leones soporta la lluvia tumbada sobre el pasto. Dos machos y varias leonas acompañados de unos cuantos cachorros que hacen lo imposible para tratar de evitar el agua que cae sobre ellos.

Pudimos tomar curiosas imágenes de los cachorros aguantando estoicamente bajo la lluvia, pero en cinco minutos la luz se había ido y no existía ninguna actividad. Habíamos llegado tarde y con malas condiciones climatológicas a un lugar que prometía por la presencia de los cachorros.
La mañana siguiente nos trajo un día claro y limpio. Tras el café, la prioridad no fue otra que acudir rápidamente hacia el lugar en el que la noche anterior la lluvía mantenía tumbada a la manada. Allí los encontramos y, ahora si, media docena de cachorros jugaban entre ellos y saltaban, uno tras otro, sobre las leonas.

Un par de días después, entretenidos con las luchas matutinas de cebras y ñus, llegamos tarde a otro gran espectáculo. A media mañana once cachorros de león se ocultaban entre las sombras de la vegetación acompañados por tres leonas. Un día después con una meta clara y obviando las luchas de los ungulados, pudimos comprobar el saque que tenía alguno de los pequeños cachorros que daban cuenta de un ñu a primera hora de la mañana.