Aún no es muy tarde. El reloj no marca más allá de las once, aunque ya llevemos varias horas de oscuridad fruto de la proximidad al ecuador.
Estamos en “The Last bar”, en la playa de Railay East. Sentados en el suelo de una amplia terraza sobre el manglar, junto a una mesa de escasa altura en la que aguardan unas bien merecidas cervezas. En breve el fuego surcará la noche. Esperamos al espectáculo de malabares del que ya hemos disfrutado antes, pero esta vez lo haremos acompañados de la cámara.
Lo dice su original nombre, este es el último bar que podemos encontrar en esta playa de la península de Phranang, al sur de Tailandia. Aunque no es el único y antes, en este mismo paseo, merece la pena hacer una parada el Bamboo bar. Especialmente si podemos disfrutar de una actuación en directo, en ese caso la parada es casi obligatoria.
La península de Phranang es un destino conocido por sus espectaculares y desafiantes paredes para la escalada, por ser uno de los puntos de partida para el submarinismo o el snorkel en el mar de Andaman o por ser un destino de cuento para los recién casados… Pero, sobretodo, es una magnífica expresión de la belleza natural, con sus largas y claras playas rodeadas de tupida vegetación e inmensos riscos que, además de marcar las entradas y salidas de la península, surgen uno tras otro del fondo del mar.
Durante tres o cuatro días no faltaran actividades y lugares que ver, así que cuando el sol se marche, convirtiendo el cielo en un lienzo anaranjado, siempre habrá ganas de descansar. Y tras una buena cena que mejor que relajarse, sin el acoso de la humedad, junto a una cerveza fresquita en el último bar de la playa.
Umm, huele a gasolina, el espectáculo va a comenzar.
