Río Tinto, el quimérico río amarillo

Al amanecer de un nuevo día ha logrado dejarlos atrás, mientras el sol asoma sobre las colinas se siente libre de sus perseguidores, la pesadilla que ha envuelto su vida en los últimos años parece estar dando paso a un nuevo horizonte. Algo no encaja …

Ante sí asoma un nuevo paisaje, una nueva vida, un paraje que recorrer para ir al encuentro de aquellos que un día quedaron atrás. Tras la noche se esfuman los peores augurios, tras muchos años de oscuridad los rayos de sol vuelven a posarse sobre su piel, traen alegría, fuerzas, ilusión. Algo no encaja …

A sus oídos llegan infinitos sonidos olvidados que surgen de todos los rincones del bosque, los olores se amontonan por ser los primeros en traer recuerdos a su mente. Algo no encaja …

Poco a poco, apoyándose en sus débiles piernas va cruzando el bosque, las pequeñas praderas, los guijarros, que resuenan con cada uno de sus pasos, la arenosa orilla, el agua cristalina. Algo no encaja …

El amanecer, el paisaje, los rayos de sol, el bosque, los árboles, la hierba, las piedras, la arena, el agua cristalina … el agua cristalina … el agua … el agua … amarilla. Algo no encaja …

No hay amanecer, no hay paisaje, no verá a aquellos que perdió, no dejó atrás la pesadilla, la oscuridad envuelve de nuevo su vida. Algo no encaja …